5-10-13
Esta historia
fue inspirada en un gran
tesoro que se
encontró hace mucho
tiempo (exactamente el viernes pasado).Un tesoro que
era el más bonito jamás
descubierto en el mundo: un tesoro lleno
de recuerdos, anécdotas y poesías que a
mí y
mis compañeros nos asombraron con su belleza. De hecho, a mí me impresionó tanto
que he elegido una letra de
máquina de escribir. Incluso
he escrito una
historia relacionada con lo que
nos dijeron aquellos ancianos
de su infancia
y juventud.
Pero ya
es hora de
que se cuente
el cuento por
donde empiezan todas las historias,
con las palabras erase una vez
al principio y un colorín
colorado al final.
Capitulo 1: No quiero ir al cole
Erase
una vez una niña de
12 años recién cumplidos, alta y
delgada, de cabello castaño y ojos
verdes. Era muy inteligente,
pero también orgullosa y caprichosa. Además no le gustaba
estudiar. Resulta que esa niña soy yo.
Me llamo Blanca, aunque mi madre suele
llamarme Blanquita.
Una mañana de septiembre mi
madre me despertó muy
temprano y me
recordó que ese día empezaba el cole.
Yo ni me acordaba, el verano se me había pasado muy rápido, pero tampoco me importaba, porque había estado pensando y había
decidido no ir más al cole.
- Pero... - intentó responder cautelosamente ella, ya que sabía que yo puedo llegar a ser muy irritante y
testaruda si me lo propongo.
Yo me negué
rotundamente y me vestí, no para ir al
cole, sino para darme
una vuelta por el barrio, mientras que mi madre estaba ahí
hipnotizada sin saber que decir. Mucha gente se
asustaría al verla así, pero
yo la conocía muy
bien y sabía que
le pasaba muchas veces cuando
estaba muy preocupada y
no sabía qué
hacer, y se quedaba
embobada mirando al infinito.
Y tú te podías ir
tranquilamente, que ella no enteraba.
Me
hice un bocadillo que metí en
mi mochila de la
escuela, porque ya no la iba
a usar para ir allí y me
largué. Debía de ser muy
temprano, porque al bajar las
escaleras del tercer piso, que es el mío, al portal
no vi a mis vecinos peleándose.
Eso es muy raro, porque mis vecinos
se pelean todos los días por la mañana,
ya sea porque el
perro del señor del primero
esta ladrando o
porque las hijas
de la joven del segundo están
saltando a la comba y el ruido se escucha
por todo el
edificio. O el del
cuarto, que siempre discute
con la señora de la limpieza, o
puede que simplemente se peleen
por la cáscara de un huevo.
Pero el caso es que nunca
paran.
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Esto suele ser entre las siete y media y las ocho, así que o bien los habían raptado a todos por armar tanto jaleo o todavía estaban durmiendo. No sé
por qué pero me daba
en la nariz que más bien era la segunda opción.
Y yo seguí por
mi camino hasta la puerta del edificio.
Continuará...
Muy bueno, curiosa historia. Te quedas pensando en el Tesoro, ¿Qué es el Tesoro?
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